La Contundencia Ciudadana.
Este sábado 22 de agosto en plena temporada de vacaciones escolares, cuando Caracas está casi vacía, la ciudad fue testigo de una de las más concurridas y emocionadas manifestaciones de protesta de la población que cree que la diversidad ideológica es la base de sustento de la democracia y libertad. En esa manifestación, miles de personas de todas las edades, género y clase social marcharon con la firme determinación de decirle al presidente Hugo Chávez, y a quienes lo acompañan en su gestión, que los demócratas de Venezuela no van a aceptar mansamente que se aplique la espuria Ley Orgánica de Educación, que se extermine la libertad de expresión ni que se elimine la propiedad privada.
Estos miles de ciudadanos son fiel demostración que el mandatario no puede seguir tirando la cuerda de su dictadura para cercenarle a los venezolanos los derechos civiles garantizados por la Constitución y los tratados de derechos universales del hombre. Ellos con la fuerza de la protesta cívica y pacífica de este sábado expresaron, principalmente, que no quieren ni aceptarán, a pesar del Ejecútese presidencial, una Ley adoctrinadora que incorpora al Estado Docente como figura protagónica; una ley que le confiere a éste poderes que van más allá del campo de acción educativa, y que introduce agentes externos al ámbito de la escolaridad.
El Gobierno debe haber entendido el mensaje de esta contundente expresión popular, si se mide por la redoblada violenta, agresiva y desproporcionada represión que usaron las fuerzas públicas en contra de ciudadanos indefensos. La Guardia Nacional, comandada por el coronel Antonio Benavides, abusó de las bombas lacrimógenas, incluso lanzándolas dentro de recintos cerrados y dentro de la estación del Metro de Caracas. Puso así en riesgo vidas humanas y dejó un saldo de personas asfixiadas y golpeadas. A diferencia de la mayoría de las veces pasadas, los ciudadanos no se amedrentaron, prueba de esa valentía, fue el ejemplo de la periodista de Globovisión, Del Valle Canelón y su equipo, quienes continuaron realizando su labor de informar a pesar de la intolerante actitud del coronel Benavides. El temor del Gobierno ante esta demostración de fuerza cívica unida, que no se amilanó ante las armas del Gobierno, se evidenció patéticamente en la insólita arenga política que el coronel Benavides dio a su tropa, con el beneplácito de su Comandante en Jefe, Hugo Chávez.Sin embargo, esta manifestación es sólo un abre boca de una batalla de larga y sostenida duración que busca alcanzar, entre otras, dos importantes metas. La primera, que padres y representantes realmente tomen la educación de sus hijos con suma responsabilidad, que sean vigilantes de quiénes son sus maestros y cuál es la enseñanza que les están impartiendo. En definitiva, que se conviertan en PADRES DOCENTES.
La segunda, que la sociedad civil, las comunidades organizadas, la juventud, las ONGs, los medios de comunicación, y los partidos políticos de manera cívica y constitucional, hagan entender al Gobierno que definitivamente no aceptarán su proyecto de dominio comunista.
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